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CICLOVIAS Y TRANSPORTE PUBLICO
Las alternativas urgentes para descongestionar la ciudad

¿Podemos reemplazar el auto por bicicleta en trayectos cortos? ¿qué falta para que los chilenos usen la bicicleta o el transporte público y descongestionen la ciudad? Un estudio de Universidad Andrés Bello muestra que la mitad de los santiaguinos prefiere el auto por sobre cualquier otro medo de transporte. Si a ello le sumamos la cada vez mayor demanda de autos, la ciudad en algún momento no dará abasto.



Entre los principales resultados a nivel nacional de la Encuesta Nacional de Medio Ambiente desarrollado por el CIS de la UNAB, se destaca que el automóvil se mantiene como principal medio de transporte, mientras que el transporte público y las ciclovías requieren de diversas mejoras para incentivar su uso.

El estudio muestra que, a nivel nacional, el uso del automóvil se mantiene como el medio de transporte preferido por chilenas y chilenos, mientras que el transporte público y las ciclovías reprueban con nota 3,6 y 2,9 respectivamente.

Beatriz Mella, doctora en planificación urbana y académica campus creativo UNAB, explica que los resultados del estudio comprueban que hoy no cumplimos con las condiciones de infraestructura para agilizar procesos de transformación hacia una movilidad más sostenible. “Movilidad activa”, como llaman los expertos al uso de la bicicleta y caminata, pero también a otras formas como usar el transporte público de manera más cotidiana. “Lo bueno es que la gente está pidiendo más en cuanto a cantidad o calidad de la infraestructura.

Eso es una buena noticia, porque la gente demanda ciertas decisiones en las que estamos hoy, de pensar nuestras ciudades hacia adelante, la gente está diciendo que no está conforme con lo que tenemos. Es una oportunidad para pensar en transiciones sostenibles en el largo plazo que puedan significar un cambio de paradigma, que es lo que necesitamos”, indica.

Mella plantea que el uso del automóvil, a nivel mundial, no solo en Chile, está asociado a un elemento de estatus, de comodidad respecto a otros medios de transporte. “Estamos fallando en no poder proporcionar la comodidad suficiente para los usuarios de transporte público, para que, en los viajes cotidianos a sus actividades principales, no se sea el auto el modo que los chilenos prefieren”.

Juan Carlos Muñoz, ministro de transportes y usuario diario del transporte público y bicicleta, apunta a que las encuestas de Origen Destino que se han realizado en las principales ciudades del país (y que representan aproximadamente el 74% de la población total), es posible estimar un total de 1,7 millones de viajes al día en bicicleta, donde un poco más de la mitad (1,15 millones) corresponde al Gran Santiago. “Esta estimación está hecha sobre la base de tendencias históricas de crecimiento del total de viajes en cada ciudad y del crecimiento de los viajes en bicicleta en particular.

Dicho esto, es muy difícil saber a ciencia cierta cuántos viajes se hacen diariamente en bicicleta en nuestro país. Existe una brecha de información importante con relación, por ejemplo, a los viajes entre zonas rurales, los que no suelen ser captados por las estadísticas”.



Tacos, distancias cortas y seguridad vial
Muchos de los viajes cotidianos de los chilenos se realizan en radios que van entre 5 y 7 kilómetros. Ahí los usuarios toman decisiones como elegir el auto y los tacos, en desmedro de otras formas de movilidad.  Beatriz Mella apunta que esos viajes de distancia corta son los que permiten pensar ciertas transiciones con mayor facilidad. “No le vamos a pedir a una persona que recorre 20 kilómetros al día que ocupe la bicicleta como modo principal. Podría funcionar como ultimo y primer trayecto. Si una persona sale de su casa en bicicleta, pueda llegar al metro y ahí enrutar a su trabajo”.

Mella apunta que esos trayectos de 5 o 7 kilómetros representan alrededor del 50% de los viajes en auto que se producen en Santiago y que esos trayectos son reemplazables por transporte activo.

“La pregunta es cómo diversificar la cantidad de usuarios de bicicleta haciéndolo más inclusivo, facilitando, por ejemplo, a través, de mejor y más infraestructura ciclista el que personas decidan cambiarse a la bicicleta como método más eficiente de transporte.
Pero también cómo promovemos las alternativas de movilidad sostenible para personas que no pueden o no quieren andar en bicicleta, que también es algo lógico y justo”.
Martín Andrade, director ejecutivo de la Corporación Ciudades, plantea que la oportunidad de dejar el auto en la casa para usar otro medio, como andar a pie, en bicicleta o en el transporte público, beneficia positivamente a la ciudad porque la descongestiona y mejora la calidad de vida de sus habitantes.



“Por eso muchas ciudades fomentan este tipo de movilidad, que, para funcionar bien, debe tener condiciones mínimas de infraestructura y seguridad”. Andrade indica que según datos de Tembici, empresa operadora de Bike Santiago, por ejemplo, el 82% de los santiaguinos reconoció que esperaba aumentar el uso de la bicicleta en 2024. “Pero el año pasado murieron 75 ciclistas en todo el país y más de 2.500 resultaron lesionados, lo que da cuenta del desafío que plantea este mayor -y deseable- uso de la bicicleta”, alerta.

Beatriz Mella coincide que el tema de la seguridad es crítico dentro de la discusión. En particular la seguridad vial respecto a los peligros o la sensación de inseguridad que provocan los autos o la falta de ciclovías demarcadas y con una segregación respecto a velocidad y tráfico vehicular que va al lado. La experta UNAB en planificación urbana explica la relevancia que tiene la seguridad personal: “salir a la calle en bicicleta y que no te agredan para robar o que un automovilista te ataque verbal o físicamente. El tema de la seguridad es crítico y más cuando lo vemos relacionado a temas de género respecto al transporte activo, es una de las principales banderas de alerta”.

Fuente: La Tercera
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